dijous, 4 de novembre del 2010

La lucha continúa

Hacía mucho tiempo que no dedicaba unos minutos a escribir en el bloc. La huelga en el sector público del 8 de junio contra los recortes, la huelga general del 29 de septiembre, el proceso de elecciones sindicales en la empresa y las diferentes tareas cotidianas sindicales de estos últimos meses, combinadas con alguna que otra tarea municipal me han tenido "secuestrado" para escribir.

Precisamente ha sido enfrascado en esta lucha sindical cuando he ido recibiendo una tras otra las malas noticias del fallecimiento de Simón Rosado y hace pocos días de Marcelino Camacho, que han golpeado a nuestro entorno sindical.

Se me hace muy difícil escribir sobre la marcha de estos dos grandes compañeros de la lucha política y sindical. De ellos quedarnos con el ejemplo de la constancia, de la honestidad y la sinceridad, de la perseverancia en el trabajo, en la defensa de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, convencidos de que ese era el camino hacía un mundo mejor. Dando todo por los demás sin esperar nada más a cambio.

Con Simón ha existido un trato más cercano, más cotidiano. Nos podíamos encontrar en alguna ocasión por Mollet, o en la sede de CCOO en Laietana o por las calles de Barcelona y siempre, siempre, existían esos momentos de conversación, del como estas, como esta tu padre, como os va en la empresa, esa cercanía que ha hecho que, sin tener un trato excesivamente regular tengas muy presente a una persona.

Ha Marcelino tuve el gran placer de conocerle hace unos años en el marco de un Congreso del PCE y pude compartir una agradable conversación con él mismo y Josefina. Con mucho respeto y absorto en sus palabras, lo escuche cual alumno embobado frente a las explicaciones de su maestro. Tenía la gran oportunidad de conversar con una persona ejemplar que ha sido uno de los artífices de las conquistas de los trabajadores de este país. Y en esa conversación, Marcelino me comentó que nunca hay que olvidar que los derechos se conquistan, que no te los regala nadie y que, al contrario en cuanto pueden te los quitan, así que no hay que desfallecer nunca en la lucha.

Ese ejemplo es el que me llevo a mi día a día en mi lucha política y sindical.